lunes, 16 de julio de 2012

Tomen asiento...


Cómo me gustan las miniaturas. Las casitas de muñeca con todos sus adornos a escala, una colección de soldaditos, la colección de dedales de tantos puntos de España de mi madre, los frasquitos pequeños de perfume…

Y hoy me gusta esta pequeña silla. No mide más que mi mano (y eso es raro, porque mi mano es pequeñita)



Primero compré la silla en madera y la pinté en blanco dándole un aspecto envejecido. No me acababa del todo de convencer y le confeccioné un pequeño cojín en cuadritos vichy azules. También le cosí un corazón para que fuera digno acompañante de una silla que tiene un corazón en su respaldo.

Por fin tengo la pequeña silla para que duendes, ratoncitos, gnomos y otros seres diminutos vengan a mi casa a visitarme y estén cómodos. ¿Cuándo aparecerán?

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